E
l directorio del FMI dio el visto bueno al gobierno nacional y reactivará el desembolso de los recursos comprometidos en marzo de 2022, cuando la renegociación de la deuda tomada durante la presidencia de Mauricio Macri. Con la quinta y sexta revisión ahora acordada, llegaron los 7.500 millones de dólares, ya anunciados por el ministro de Economía, Sergio Massa.
Del Servicio Ampliado del Fondo (SAF) a 30 meses -acordado entonces por Martin Guzmán- resta aún el envío de 36.000 millones de dólares. En la cuarta revisión, la entidad evaluó que no se habían alcanzado las metas previstas en términos de reservas, gasto y déficit. El servicio fue suspendido en junio pasado y el gobierno afrontó los pagos de la deuda usando algunos recursos propios y usando yuanes chinos y tomando nuevos préstamos.
Ahora, el Fondo consideró que “la reciente realineación del tipo de cambio, sumada al endurecimiento de la política monetaria -se refiere al 22% de devaluación y la suba de la tasa de referencia a 118% realizada efectivizada el reciente lunes 14 de agosto-, debería continuar a ayudar a promover la acumulación de reservas y al mismo tiempo limitar el efecto de traspaso del tipo de cambio a la inflación”. Debería pero, al menos en los precios al consumidor, sucedió inmediatamente todo lo contrario.
Hecho ese ajuste, el nuevo acuerdo supone mantener el “déficit fiscal primario acordado de 1,9% del PIB”, dice la declaración dada a conocer por Kristalina Georgieva, presidenta del directorio del FMI. Y para los años posteriores “acelerar” el ajuste fiscal “con medidas de alta calidad enfocadas en el gasto y el ingreso”.
Así, dice el Fondo, se ayudará “a eliminar el financiamiento monetario del déficit, promover la desinflación y apuntalar el balance del banco central”. Según el informe del propio BCRA, el 48% de sus reservas fueron este año para el pago a organismos internacionales de crédito.
En lo inmediato, el plan es “reforzar los controles del gasto” con medidas tales como: “actualizar las tarifas de la energía y contener los salarios públicos y las pensiones, sin dejar de proteger el gasto prioritario en programas sociales y en infraestructura”.
También, mantener en niveles positivos la tasa de interés real, limitar la intervención del BCRA -utilizando reservas- en el mercado de cambio, replegar los tipos de cambio múltiples y las restricciones para la compra de dólares.
Aun así, la presidenta advierte que “es posible que sea necesario aplicar otras medidas para alcanzar los objetivos del programa y salvaguardar la estabilidad”.
El complemento, informa el Fondo, será implementar “aumentos temporales de los impuestos sobre la compra de ciertos bienes y servicios en moneda extranjera». Y “continuar prestando atención a proteger a los pobres y a promover el crecimiento inclusivo -aclara- conforme se corrigen los desequilibrios”.