“El plan de estabilización está obteniendo mejores resultados de lo esperado”, fue el veredicto del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la política económica de La Libertad Avanza, días después de que el equipo técnico finalizara la octava revisión del acuerdo SAF de 2022 y diera por superadas las metas allí pautadas.
“Los resultados notables –dijeron los técnicos el 13 de mayo- incluyen el primer superávit fiscal trimestral en 16 años y una inflación que cae rápidamente”. Pero los precios bajan porque el mercado interno de producción y consumo de bienes, está congelado. “Así cualquiera baja la inflación”, dijo hasta el menemista Carlos Rodríguez.
“Esperamos que comience a crecer nuevamente en la segunda mitad de este año”, auguró la vocera Julie Kozack en la conferencia de prensa del 16 de mayo desde Washington.
Julie volvió a ponderar los indicadores: “Ha habido un rápido cambio en las reservas internacionales, una mejora en el equilibrio del Banco Central y una rápida reducción de la inflación”.
Este OK habilita que el FMI transfiera un tramo de 800 millones de dólares con los cuales el gobierno le sigue pagando al FMI el crédito anterior de Mauricio Macri en 2018.
Además, le apuntó al gobierno cómo seguir para “mantener el programa firmemente encaminado”:
- Flexibilizar el tipo de cambio.
- Desbloquear las barreras para atraer inversión privada y las empresas promuevan el empleo formal.
- Que la asistencia social sea suficiente y esté bien orientada para proteger a los más vulnerables.
- Que la carga de la consolidación fiscal no recaiga desproporcionadamente en los trabajadores.
“Estos cambios en las políticas serán necesarios al tiempo que los controles cambiarios sean levantados gradualmente –dijo la vocera-, mientras las autoridades hacen la transición a un nuevo régimen monetario”.
Esto es: “la competencia de monedas en el que el peso y otras, como el dólar, pueden coexistir y son libremente usables”.
En el informe técnico del FMI ratificó el camino. En política fiscal, “el objetivo de alcanzar el equilibrio fiscal global sin financiación neta del banco central permanece inalterado”. En política monetaria: “La prioridad sigue siendo afianzar el proceso de desinflación, el fortalecimiento de las reservas internacionales y del balance del Banco Central”. Sobre la política estructural: quizás. “Se espera que las reformas microeconómicas en curso y cuidadosamente secuenciadas servirán –dice- para apuntalar la recuperación económica, la inversión privada y el empleo formal”.