El pasado sábado 6 de julio, en la ciudad de Niamey (Níger), se firmó el tratado que da lugar a la Confederación de los Estados del Sahel, compuesta por Níger, Burkina Faso y Mali.
En el “Documento final” se caracterizó el contexto regional-global, en el que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), integrada por 15 países, fue señalada como responsable de “erosionar la fraternidad” de los estados africanos y no sostener una lucha comprometida contra el terrorismo. También criticaron las medidas financieras y económicas adoptadas durante las revueltas populares que pusieron a los actuales mandatarios en funciones de gobierno, al tiempo que destacaron la “resiliencia de los pueblos” durante estos procesos. Hacia adelante, se comprometieron a continuar las medidas contra el terrorismo, dando lugar a una “Fuerza Unificada de Estados del Sahel”.
En materia de desarrollo económico, la Confederación definió como sectores estratégicos a la agricultura y seguridad alimentaria; el agua y medio ambiente; la energía y minería; el comercio y la transformación industrial; la libre circulación de personas y bienes; y la economía digital, y como parte de las acciones confirmó la creación de un “Banco de Inversiones” y un “Fondo de Estabilización”, en vistas a desarrollar una política “económica y social endógena”, basada en los recursos y respetuosa de la soberanía.
Con estos lineamientos dados a conocer en tres documentos –Declaración final, Estatuto interno y Declaración de Niamey– Asimi Goita (Mali) estará a cargo de la presidencia del nuevo bloque hasta su próxima reunión, anunciada para el 2025 con fecha a definir.
Soberanía
Unos días antes de la cumbre, la Junta de Gobierno de Níger había anunciado que el Estado pasaría a convertirse en el accionista principal de todas las explotaciones que involucren yacimientos de recursos estratégicos principalmente oro y uranio, quedando a cargo del 51% de las acciones. Esta medida era dada a conocer junto con el llamado a licitación para explotar su segunda mina de uranio más importante, tras quitarle la concesión a la empresa GoviEx, luego de denunciar “irregularidades” por parte de la misma. De esta manera, Níger profundiza su plan de recuperación de recursos naturales, desde que inició el nuevo gobierno producto del golpe de Estado en julio pasado. La primera gran recuperación fue a los pocos meses, cuando se le quitó la concesión de la principal mina de uranio a la empresa francesa Orano.