El domingo 29 de septiembre las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) extendieron su ofensiva hasta Yemen bombardeando plantas de energía y un puerto marítimo petrolero, “utilizados para trasladar armas iraníes en la región”, detalló su vocero David Avraham y explicó que se trató de “una respuesta”. Días antes, los hutiés lanzaron un misil tierra-tierra que fueron neutralizados por el escudo israelí. A mediados de septiembre, habían logrado sortearlo impactando en una zona rural del centro del país. Mohammed Abd al-Salam, el vocero Hutíe, señaló que esta nueva agresión confirma sus principios: “lo que el pueblo yemenita afirma en sus millones de manifestaciones semanales es que no abandonará Gaza y el Líbano”.
El lunes de esta semana, Israel dio curso a una serie de incursiones militares terrestres en el sur del Líbano, “localizadas y selectivas basadas en información precisa contra objetivos terroristas e infraestructuras de Hezbollah”, precisó su Ejército. Sus Fuerzas Aéreas volvieron a bombardear la capital, Beirut. El gobierno libanés informó de 95 víctimas y 172 heridos. El combate es allí ahora casi cuerpo a cuerpo. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres señaló que se trata de “una violación de la soberanía libanesa y de su integridad territorial”.
A la vez, ejecutaron ese día tres ataques sobre Damasco, Siria, que se repitieron este miércoles también con tres civiles muertos.
El martes, Irán lanzó 180 misiles balísticos que volaron más de 2.000 kilómetros con destino a Jerusalén y Tel Aviv. La cadena informativa estatal iraní lo había dado a conocer con anticipación. “Fue una respuesta decisiva a las agresiones del régimen sionista”, explicó su presidente Masoud Pezeshkian. “Irán no es un país bélico pero se mantendrá firme contra cualquier amenaza”.
Pezeshkian se refería a la oleada de ataques aéreos iniciada el jueves 26 también sobre Beirut. En esa operación -llamada Nuevo Orden por las fuerzas israelíes- los israelíes apuntaron sobre 140 objetivos del Partido de Dios, dejando un saldo de 153 heridos y 92 muertos. Entre ellos, su líder Hassan Nasrallah y otros comandantes de alto rango como Mohamed Srur, Nabil Kaouk y Ali Karaki. Según militares israelíes, en el mismo sitio murió Abbas Nilforoushan, un alto mando de los Guardianes de la Revolución de Irán.
Para Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, estas bajas son “un punto de inflexión histórico contra el enemigo”. Finalizadas las operaciones, el domingo explicó que si Nasrallah seguía vivo podría “restaurar rápidamente las capacidades de Hezbollah que ya habíamos erosionado” en operaciones recientes. “Entonces di la orden -precisó- y Nasrallah ya no está entre nosotros”.
Fue “un acto de justicia”, dijo al respecto el presidente norteamericano Joe Biden, desde desde Washington. Aun así, el Departamento de Defensa comunicó que siguen centrados en “la desescalada a través de la disuasión y la diplomacia”. Traducido: “evitar que Irán, sus socios y representantes respaldados por Irán se aprovechen de la situación o amplíen el conflicto”, dice el comunicado.
En otra conferencia de prensa, desde Teherán, el vocero del Ministerio de Exteriores persa, Naser Kananí, anticipó lo que se venía: “basada en el derecho internacional”, aclaró, “daremos una respuesta que será lamentable para quienes violan nuestros intereses nacionales”. E instó también a sus pares a tomar acciones decisivas. “Los países islámicos tienen innumerables capacidades para ejercer presión y castigar a este régimen”, afirmó.
Inflexión
El visto bueno a la operación Nuevo Orden fue dada por Netanyahu desde suelo norteamericano. Acababa de rechazar una tregua de 21 días con el Líbano, planteada y firmada por los gobiernos de EEUU, Francia, la Unión Europea, Australia, Canadá, Alemania, Italia, Japón, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar. Y se aprestaba a exponer ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). “He venido aquí para decir basta ya”, dijo entonces. “Hamas debe irse” de la Franja de Gaza, “debe rendirse, deponer las armas y liberar a los rehenes. Si no lo hacen, lucharemos hasta lograr la victoria total. No hay alternativa”.
Dijo también que la operación del 7 de octubre de 2022 -con secuestros de ciudadanos israelíes por parte de Hamas- ”no se limitó a Gaza sino que se extendió a otros seis frentes”. Así fue que se rompieron los carriles por los que se iban encaminando las cosas en Oriente Medio y la situación pasó a ser ésta.
“Si nos golpean, los golpearemos. No hay lugar donde no pueda llegar el largo brazo de Israel”, ratificó en la Asamblea. El mandatario israelí ya no hablaba de Gaza y Cisjordania sino de Irán y a Irán, uno de los pilares del bloque con los que la OTAN está en guerra. “Seguiremos degradando a Hezbollah hasta que todos nuestros objetivos se hayan cumplido”, precisó el mandatario israelí. ¿Cuáles serán?
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Abás Araqchí, también estaba por allí en al sede de la ONU y había manifestado que su país estaba listo para retomar conversaciones y revivir aquel pacto nuclear sellado en épocas de Barack Obama y roto en las de Donald Trump.
¿Y ahora qué?
Oficialmente, la ola de 180 misiles balísticos iraníes fue neutralizada por el escudo de defensa israelí y solo se reportó una víctima. Otras fuentes sólo dan cuenta de impactos (sin cifrar cantidades) en el centro y en el sur del país. La Guardia Revolucionaria de Irán dijo que el 90% alcanzó sus objetivos.
“Bajo mis órdenes, el Ejército de EEUU apoyó activamente la defensa de Israel”, salió a ratificar Joe Biden. “No se equivoquen, EEUU apoya totalmente, totalmente, totalmente a Israel”. El Ministerio de Defensa del Reino Unido de la Gran Bretaña, hizo lo propio e informó de la participación directa de su Real Fuerza Aérea (RAF) ante la balacera iraní.
Mientras Estados Unidos afirma que quiere desplegar tropas en Medio Oriente para "disuadir la agresión" y evitar una guerra total, la realidad dice lo contrario.
A continuación, analizamos cómo Estados Unidos ha alimentado este genocidio. Vea los siguientes hilos.… pic.twitter.com/Djld14RMvN
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) October 1, 2024
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant señaló que «Irán no ha aprendido una sencilla lección: quienes atacan al Estado de Israel, pagan un alto precio». En la Franja de Gaza, van 41.500 palestinos muertos bajo fuego israelí, y las operaciones militares no se han detenido ni un solo día. La ONU informó que 210.000 personas fueron desplazadas de su hogares y más de 700 fallecieron en el Líbano desde el 23 de septiembre, cuando Israel intensificó sus ataques.
“Aparentemente hay algunos en Teherán que no lo entienden. Lo entenderán”, publicó Netanyahu en sus redes en tono de amenaza. La versión extraoficial versa sobre una posible represalia directa contra el territorio iraní. Los mandatarios de EEUU y el Reino Unido, en palabras, ya tomaron distancia de esa decisión. Pero no hablaron de sancionar a Israel si llega a hacerlo.
El portugués Antonio Guterres, secretario general de la ONU condenó la dinámica de “escalada tras escalada” en Oriente Medio. “Esto tiene que parar. Necesitamos absolutamente un alto el fuego”.
Esa decisión ya fue planteada en el Consejo de Seguridad de la ONU pero fue vetada tres veces por uno de sus cinco miembros permanentes: EEUU.
Justamente, para el líder de la República Islámica de Irán, Sayyed Ali Khamenei, EEUU y algunos europeos “hablan falsamente sobre paz y estabilidad en la región”. Representan la base de los problemas, las tensiones y la hostilidad en Medio Oriente, agregó.
Los países del G7 reunidos de urgencia condenaron el ataque misilístico iraní pero volvieron a pedir al Consejo de Seguridad respeten las resoluciones de la ONU. “La resolución 2.735 en Gaza (que rechaza cualquier intento de efectuar cambios demográficos o territoriales en la Franja) y la resolución 1.701 en la frontera israelí-libanesa (que prohíbe el acceso de fuerzas extranjeras en Líbano sin el consentimiento de su gobierno, incumplido por Israel con su invasión)”.
“Expresando una profunda preocupación por la escalada de las últimas horas, subrayamos que un conflicto a escala regional no es de interés de nadie”, dice también el comunicado publicado este miércoles. En ese grupo hay más peso europeo: además de Canadá, EEUU y Japón, lo integran Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y el gobierno mismo de la Unión Europea. Entre todos, se comprometieron a “trabajar en conjunto para reducir las tensiones”. El otro frente bélico abierto en febrero de 2022 lo tienen allá, a la vuelta de la esquina. En septiembre pasado ya le pidieron a Irán que deje de venderle a Rusia sus misiles de largo alcance.