E
n su avance hacia el sur del Líbano, el ejército israelí fue denunciado por realizar ataques contra puestos de los llamados “cascos azules”, oficialmente ‘Fuerza Interina de Naciones Unidos en Líbano’ (FINUL) dependiente de la ONU.
Italia, España, Francia, Reino Unido, Irlanda, Indonesia, China, Turquía y Qatar, son algunos de los países que expresaron su repudio contra el Ejército de Israel. La jefa del estado italiano, Giorgia Meloni, tildó el hecho de “inaceptable”. Su par español, Pedro Sánchez, durante una cumbre en Chipre a principios de esta semana, instó a la comunidad internacional a “dejar de entregar armas a Israel”, en la misma línea de los cuestionamientos de Emmanuel Macron.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se mostró preocupado por la seguridad de las fuerzas de paz.
El presidente de Irlanda, Michael D. Higgins, dijo que era una vergüenza que una institución que cuenta con 193 países miembros, debiera retirar sus tropas de paz. “Es indignante que las Fuerzas de Defensa de Israel hayan amenazado a esta fuerza y hayan querido que evacuaran las aldeas que estaban defendiendo”.
El jefe de estado mayor de las Fuerzas de Defensa de Irlanda, aseguró que “desde una perspectiva militar” no podía tratarse de un accidente, en referencia a la explicación que brindaron desde las fuerzas militares israelíes.
Fuentes oficiales del gobierno libanés, han difundido que el número de víctimas fatales tras el inicio de las hostilidades en 2023 es de más de 2000, y que la mitad fue a causa de los ataques de bombardeos israelíes intensificados desde el 23 de septiembre.
La ONU también registró cerca de 700 mil desplazados internos en Líbano por la violencia y 400 mil personas huyeron a Siria.