A través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el Gobierno nacional vuelve a tomar deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Si bien no se especifica el monto, en el DNU 179/2025 publicado este martes en el Boletín Oficial, el plazo de intereses es de 10 años para pagar los fondos que serán destinados a la cancelación de “letras intransferibles en dólares en poder del Banco Central (BCRA)”.
En concreto, el Gobierno tomará el préstamo para que el Tesoro cancele deudas con el BCRA y el propio FMI. Pero al hacer esto también cambia de acreedor: del Estado, la deuda pasa directamente al organismo y las condicionalidades que impone.
Algo de esto había adelantado semanas atrás el propio ministro de Economía, Luis Caputo.
En una nota publicada en La Nación el pasado sábado 8 de marzo, el presidente Javier Milei había escrito: “El dinero que ingrese del FMI, el Tesoro lo utilizará para cancelar parte de su deuda con el Banco Central, de modo tal que la deuda bruta no sube y en caso de que la misma se utilice para rescatar títulos cuyo valor de mercado está debajo la par, la misma caerá”.
Ahí está el punto. Como se señaló en este medio, el stock de deuda bruta en dólares desde la asunción de Milei como presidente aumentó notablemente. Mes a mes, desde enero de 2024, la suba fue de 86.531 millones de dólares. Este monto es el doble de la deuda tomada durante el gobierno de Mauricio Macri en 2018, que fue la más alta de la historia otorgada por el FMI a un país.
En los considerandos del DNU, el gobierno plantea que “es indispensable revertir la situación de las reservas internacionales” del BCRA. De esas reservas se tienen que cobrar tanto los organismos internacionales como el FMI, como también tenedores de bonos (en muchos casos Fondos Comunes de Inversión).
Si bien el acuerdo con el FMI no pasará por el Congreso, el Parlamento podrá rechazar o ratificar el decreto que tiene fuerza de ley hasta tanto sea rechazado por ambas Cámaras.
También la propuesta de Javier Milei deberá ser aprobada por el board del FMI.

La historia corta
Este nuevo acuerdo con el FMI pretende cancelar, aparte de Letras en manos del BCRA, la deuda del Programa de Facilidades Extendidas del país con el FMI, refrendado por el Congreso en marzo de 2022. Como una historia de nunca acabar, este programa fue para cerrar el préstamo Stand By solicitado en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri, el mayor préstamo del organismo en su historia y equivale al 65,5 % del total de desembolsos que efectuó el FMI al país entre 1980 y 2017.
El Congreso convalidó el anterior acuerdo con el FMI y aprobó uno nuevo
En un informe realizado por el BCRA, se pudo ver que en el período 2015-2019 “un reducido grupo de 100 agentes realizó compras netas por 24.679 millones”. Y la formación de “activos externos (FAE) de los residentes (coloquialmente llamada “fuga de capitales”) se triplicó, superando los 86.000 millones”. La plata del FMI se evaporó del BCRA y fue a parar a un grupo reducido de actores económicos.
En 2022, los votos de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos permitieron este acuerdo que se sigue pateando con el tiempo.
Pero hay más. Ese préstamo que tomó en su momento el gobierno de Macri fue en medio de corridas cambiarias y devaluaciones de la moneda.
E implicó también, en medio de la crisis, cambios en el gabinete donde el ahora ministro de Economía, Luis Caputo pasó a la presidencia del BCRA y desplazó a Federico Sturzenegger.
Ya con Alberto Fernández en la presidencia, y a la espera de que el Congreso apruebe el Programa de Facilidades Extendidas, hubo varias movilizaciones en todo el país que plantearon que pagar al FMI era convalidar una estafa y condicionar al pueblo argentino a la pobreza.
De igual manera, el gobierno pagó las cuotas que se vencían y así todo terminó en una nueva convalidación al stand by del FMI con Argentina
La historia es larga
Vale la pena ir para atrás. El anuncio de Milei se circunscribe en el 28° acuerdo con el organismo. Fue en 1956, bajo el gobierno militar de Aramburu, que Argentina entró al FMI a través de un decreto-ley.
Desde ahí, hubo 28 acuerdos en todos los gobiernos que sucedieron.
“Tomar deuda para pagar deuda es un círculo vicioso que significa una permanente salida de recursos que se podrían usar para otra cosa como la acumulación de los acreedores”, había señalado Noemí Brenta, economista y especialista en deuda externa en un programa emitido en 2023.
Además, la economista, señaló en esa oportunidad que “la deuda en pesos y en legislación nacional es bastante más manejable que la deuda en moneda extranjera”. Algo que ahora cambiará.
“El acuerdo en 2018 -señaló Brenta- fue porque hay que pagarles las Lebac a los fondos de inversión y todo lo que entró en reservas fue salida (fuga)”.
Este acuerdo que el país arrastra desde 2018, hace que Argentina tenga el 28,3% del stock total de crédito de la entidad internacional, que asciende a 146.400 millones de dólares. El segundo deudor es Ucrania con el 10,1%; el tercero Egipto con el 7,4% y Ecuador cuarto con el 6%.
En febrero, el ministerio de Economía pagó al FMI intereses por 650 millones de dólares. Hasta fin de año Argentina deberá pagar además 1.910 millones con vencimientos trimestrales.
Sólo de intereses, Argentina lleva pagados al FMI más de 12.600 millones de dólares del préstamo extraordinario de 2018/19.
Y solo este año, el país deberá pagar 16.758 millones, de los cuáles 8.892 millones de dólares son para tenedores de bonos, muchos de ellos Fondos Comunes de Inversión.
La tendencia es global. Según Fortun, el desempeño de los bonos gubernamentales locales de mercados emergentes se mantuvo sólido en enero y los índices generales que siguen estos mercados registraron un rendimiento del 2,8%. Las ganancias fueron respaldadas por un alto “carry” (bicicleta financiera), «la mejora de las condiciones fiscales en economías seleccionadas y la continua demanda de deuda en moneda local por parte de los inversores a pesar de los riesgos cambiarios», indicaron.