L
a iniciativa está integrada por el Grupo de Ferrocarriles Estatales de China, el Ministerio de Transporte y la empresa COSCO Shipping. El enlace ferroviario conectaría los puertos de Chancay e Ilo (Perú) y Santos (Brasil), pasando por Bolivia. En Chancay, Cosco ya opera el megapuerto que fue inaugurado a fines del año pasado; en Brasil, la compañía también controla al mayor centro de exportación de soja.
El gobierno de China había proyectado el trazado comercial en 2013 y fue formalizado en 2023 por los demás presidentes de los países involucrados –Perú, Bolivia y Brasil-.
Patio trasero, almacén o ruta
El punto a resaltar es que el proyecto se reactiva en el medio de la disputa por el control del Canal de Panamá, el anuncio del Plan de Acción del Corredor Bioceánico Vial en Chile, los problemas por las concesiones en la Hidrovía Paraná (Argentina) y las protestas de los agricultores europeos por el TLC Unión Europea-Mercosur.
Sumado a esto, es importante recordar que la iniciativa logística, hace unos diez años atrás, contaba con otra variedad de actores interesados.
Por una lado, en 2016, la ex canciller alemana, Angela Merkel había mantenido una serie de encuentros bilaterales con el entonces presidente de Bolivia, Evo Morales. El punto era incluir a Bolivia en el trazado de la Ferrovía Transoceánica y Morales promocionaba –junto a Merkel– el financiamiento de un consorcio suizo-alemán que incluía a Siemens y Deutsche Bahn (ferroviaria). La UNASUR también empujaba en este pelotón.

Por otro lado, China en 2014 ya había firmado con los gobiernos de Perú y Brasil un memorándum para realizar estudios sobre la viabilidad del proyecto. Lo que en ese entonces no existía era el puerto en Chancay (Perú).
Desde el Ministerio de Transportes de Brasil, celebraron que este proyecto sea retomado ya que “Brasil exporta 350 mil millones de dólares anualmente y más de un tercio de ese valor se destina a China. De lo que exportamos a los chinos, el 60 % es mineral de hierro y soja, que necesitan ser transportados por ferrocarril. Es mucho más eficiente, no solo desde el punto de vista económico, sino también desde el ambiental”.
Por aquel entonces, la construcción del corredor representaba una importante intervención sobre los bosques del Amazonas y había suscitado movilizaciones de las comunidades indígenas en Perú y Bolivia, principalmente.

Para el resto de las facciones lanzadas a la guerra, el mensaje del mayor socio comercial de la región es claro: “Lo que los latinoamericanos quieren es construir su propio hogar, no ser el patio trasero de otros. Lo que buscan es la independencia, no doctrinas de dominación”, planteó Wang Yi, director de Asuntos Exteriores de China.
El próximo 12 y 13 se realizará en Pekín una nueva reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) donde se seguirán discutiendo los términos del proyecto en cuestión.