En marzo, el dólar, la tasa de interés de referencia y la aplicable a los plazos fijos siguen subiendo progresivamente, en línea con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y contemplado en el Plan de políticas monetaria, cambiaria, financiera y crediticia, fijado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) el 30 de diciembre del año pasado. Por entonces, el gobierno ya anunciaba un pre-acuerdo técnico con el Fondo y el presidente Alberto Fernández anticipaba que sería tratado por el Congreso en sesiones extraordinarias que, finalmente, nunca tuvieron lugar, aunque fueron convocadas por el decreto 51/2022.
La semana pasada, el BCRA subió nuevamente la tasa de interés de las Letras de Liquidez (Leliq) que tienen en su poder las entidades financieras y que se renuevan cada 28 días: de 40% en enero a 42,5% en febrero y 44,5% ahora. Como se trata del indicador de la orientación de la política monetaria, también actualizó el mínimo de intereses que deben pagar los bancos a los titulares de plazos fijos.
La tasa de interés de referencia a 30 días será no menor a 43,5% anual, lo que representa un rendimiento efectivo anual del 53,3%. Para las empresas, 41,5% (que se traduce en un 50,4% anual). En febrero ya habían sido actualizadas a 41,5% y 39,5% respectivamente.
Con esta progresión, se trata de que los retornos de este tipo de inversión bancaria y en pesos, sean positivos: “acordes con la evolución de la inflación y del tipo de cambio”. Y el objetivo, dice el Plan 2022 del BCRA, es “potenciar la intermediación financiera y profundizar el mercado local de capitales, sobre los cuales se podrá alcanzar un crecimiento económico sostenible”.
El tipo de cambio mayorista cerró el mes con una valoración del dólar sobre el peso de 3,2%. Había subido 2,2% en enero y 2,3% en febrero. Aun así, todavía está por debajo del salto mensual del Indice Precios al Consumidor (IPC), que fue de 4,7% el mes pasado y 52,2% interanual. Lo pactado con el FMI es que el ritmo de la devaluación del peso siga al de la inflación.
De esa forma, se apunta a garantizar competitividad del tipo de cambio para que el saldo del comercio exterior (diferencia entre exportaciones e importaciones) sea cada vez más positivo y se acumulen como reservas en el Banco Central, sumando 15.000 millones de dólares entre 2022 y 2024. Esa es otra de las metas acordadas por el gobierno con FMI para poder refinanciar el crédito Stand By tomado por Mauricio Macri, con autorización del Congreso.
En diciembre, el BCRA esperaba que en 2022 “cedan los factores transitorios que presionaron sobre el nivel general de precios y que la inflación retome un sendero de desaceleración gradual”. Ese es el objetivo número uno del Plan del BCRA. Pero no está dando resultados.
Mercado cautivo
A fines de enero, la cantidad de Leliqs y de pases diarios que el BCRA intercambia con los bancos, sumaba 4,6 billones de pesos.
Sobre esa base, este año se destinarían un total de 2 billones de pesos en concepto de intereses por la tenencia y renovación de esos instrumentos llamados pasivos remunerados.
El monto representa 2,5% del PBI nacional y sería 54% mayor que el destinado el año pasado.
Ese fue en 2021 el segundo factor que impulsó la emisión de billetes. Los otros, cubrir el gasto público y la compra de dólares en el Mercado Unico y Libre de Cambios (MULC).
Ahora, con el plan de tasas en alza, los intereses podrían llegar a 3 billones: 4% del PBI.
OBJETIVOS 2022 DEL BANCO CENTRAL
1. Reducir la tasa anual de inflación en modo consistente y gradual mediante la administración prudente de condiciones monetarias, financieras y cambiarias.
2. Recalibrar la política cambiaria y de tasas de interés para propender a la estabilidad cambiaria y fortalecer las reservas internacionales.
3. Reestablecer la confianza en la moneda local como reserva de valor.
4. Consolidar la recuperación del mercado interno y el crecimiento de las exportaciones, incentivando aumentos en la inversión privada.
5. Profundizar la oferta de crédito al sector privado.
6. Promover el desarrollo del mercado local de capitales para propender a un mayor financiamiento y mayor abanico de posibilidades de inversión permitiendo la canalización de fondos a actividades productivas.
7. Preservar la estabilidad financiera mediante la actualización prudencial de la regulación micro y macro, y sostener adecuados niveles de liquidez en las entidades bancarias.
8. Profundizar la inclusión, la educación y la democratización de los servicios financieros para que todos los segmentos de la sociedad.
9. Impulsar el desarrollo de las finanzas sostenibles según criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG).